La cosa es bastante clara:
Si una persona se dice cristiana, no puede, no debe unirse sentimentalmente a otra persona que no profese su misma fe, ni tenga la misma o similar devoción, pasión, amor por Dios y disposición para obedecer a Dios.
La Palabra de Dios lo dice (2 Corintios 6: 14-15), la experiencia de quienes han desobedecido también lo muestra, la lógica y el sentido común de la misma manera lo confirman: no es bíblico, ni sano ni bueno, mucho menos agradable a Dios.
Quien tal hace puede engañarse a si mismo, "racionalizar"su pecado, auto justificarse, engañar a todos; pero Dios no puede ser burlado: nuestras decisiones revelan las intenciones de nuestro corazón y siempre tendrán consecuencias. La obediencia a la Palabra de Dios, no a nuestros sentimientos o pareceres, siempre será la garantía del verdadero éxito.
¡Cuidado! Nadie se ha muerto de soltería o por esperar. Obedecer a Dios siempre será la mejor opción (Salmos 1: 1-3)
fuente: Ruben Tello